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Inicia por ser tú el líder que establece tu trabajo mientras los demás miembros de tu equipo de trabajo te observan. Dando la circunstancia de que vean todo el proceso. Cuando los que se entrenan ven la labor efectuada completa y correctamente, tienen algo para tratar de reproducir.

2.- Guiar

Durante este ciclo, debes tener a la persona que instruyes para el liderazgo a tu lado, y debe tomar parte del proceso. Tomando el lapso necesario para explicar: no sólo cómo, sino también el por qué, de cada paso.

3.- Observar

El líder que se ejercita o el equipo de líderes que se entrena efectúa el trabajo. Tú lo asistes y corriges, en esta etapa debes ser positivo y mantener una actitud animada. Recuerda estás instruyendo a un futuro sucesor.

Tu actitud lo hará perseverar y optimizar en vez de desistir. Trabaja con el hasta que desarrolle constancia. Cuando ha concluido el proceso debe explicártelo, pues esto le ayuda a entender y recordar.

4.- Motivar

Dejas que tu futuro líder o equipo de líderes trabaje en total libertad. Tu deber será cerciorarte de su conocimiento. Sabe hacerlo sin ayuda y conservando el entusiasmo para que continúen corrigiendo. Pues debes permanecer con él o ellos hasta que sienta el éxito, esta es una forma de motivar. Hallando de esta manera, que el entrenado quiera mejorar el proceso.

5.- Multiplicar

Cuando los nuevos líderes efectúan perfectamente el trabajo, les llega el turno de enseñar a otros a hacerlo. Como maestros que ya son, saben que la mejor forma de aprender algo es educando cómo se hace y explicando para qué se hace. Esto reconoce que se desarrollen, creen y organicen, a otros líderes.